SEGUIREMOS ESPERANDO

La llamada nueva Ley Hipotecaria, es decir, la reforma que debería dar una respuesta definitiva a las necesidades de transparencia bancaria, seguridad jurídica y claridad fiscal en los préstamos hipotecarios ha quedado, una vez más, aparcada.

¿Por qué? Básicamente porque los partidos políticos, inmersos en sus estrategias y pendientes de sus propios intereses, se olvidan de los ciudadanos, muchos de los cuales pedirán en estos días un préstamo con garantía hipotecaria.

A los políticos españoles, tan inteligentes, tan hábiles, tan preocupados de los problemas de los ciudadanos de a pie, no les debería sorprender que cualquier día otros políticos más tontos, más brutos, les ganen la partida en las urnas. El cansancio hace mella en los votantes y no hay que esforzarse mucho para encontrar sorpresas en recientes elecciones de Europa y América.

Esperábamos una reforma de la Ley Hipotecaria para que, de una vez por todas, entidades de crédito y clientes dejaran de estar pendientes del Tribunal Supremo que, dicho sea de paso, bastante tiene con lo que tiene, en parte por la incapacidad de los políticos. Hace meses, en este blog, comentaba que el estado español está amenazado por una sanción descomunal por no adecuar la legislación hipotecaria a las normas comunitarias.

La disolución de las Cortes supongo que implica un frenazo a la reforma que ya estaba en la cámara y así, así pasan los días, los meses, los años.

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