Para empezar diré que no le hago ascos al Mito de Bourne o al Caballero oscuro y que mi serie favorita es Line of duty, pero cuando veo cosas como ¿Dónde está la casa de mi amigo? de Kiarostami me pregunto si este es el cine verdadero.
Alauda Ruiz de Azúa debuta, cum laude, como guionista y directora con Cinco lobitos. Su forma de arrasar en el festival de Málaga me hace pensar que todos estábamos esperando algo así, cine verdadero, del bueno, sin aspavientos.
Para explicarme recordaré al gran Elie Faure cuando decía que Masaccio inventó la pintura en una oscura capilla de Florencia. Inauguraba una nueva manera de acercarse a las figuras, a sus formas, a su luz y a sus sombras: inauguraba el arte del humanismo. Esta misma sensación he tenido viendo la película de Alauda, como la tuve con El cielo gira o Mercado de futuros de otra guionista y directora, Mercedes Álvarez.
Me impresiona la forma de acercarse a las personas, a la vida de las personas, a la verdad de la vida de las personas, a su luz y su oscuridad, a sus ruidos y a sus silencios, a su dolor y a su rabia y a su compasión.
Una producción definitiva y gloriosamente femenina, empezando por la productora que lo vio claro desde el principio, Nahikari Ipiña, la citada escritora y directora, dos magníficas actrices, Laia Costa y Susi Sánchez, y muchas más chicas… sin olvidar a Ana Angulo Umaran y a Itxaso Frau, por razones estrictamente personales.
Digna de verse. Corran la voz.