JOYAS DEL PRADO 3

Michelangelo Merisi da Caravaggio, hombre de vida corta pero intensa, es un pintor de esos que calificamos como “de genio”. Si hacemos caso a los expertos, los grandes venecianos, Tiziano, Tintoretto y Veronés habían acabado con la pintura y Caravaggio parece asumir el reto de comenzar de cero, prescindiendo de estilizaciones, idealizaciones y demás remilgos. Se constituye en precursor del barroco, dejando huella en Ribera, una de las cumbres del movimiento.

Tengo debilidad por las instantáneas que Caravaggio nos ha dejado: Muerte de la Virgen, Crucifixión de San Pedro, Conversión de San Pablo… En el Prado tenemos otra instantánea, de menor entidad que las anteriores, en la que un joven David (modelo que aparece en otras obras del pintor) se afana, ajeno a la cámara, separando la cabeza del gigante con la cuerda de la onda enredada todavía en la mano izquierda. El flash ilumina el brazo y la pierna derecha de David y la mano y la cabeza de Goliat, que muestra un certero golpe en la frente. La cara del héroe queda prácticamente desdibujada pero estamos a un tris de que levante la cabezota y la exhiba triunfante.

Recomiendo revisar otros David en los que el mito parece presentarse con exactitud: el de Donatello, con espada y sombrero; el de Verrochio, con atuendo ambiguo. Aquí, como en Caravaggio, tenemos a un crío que acaba de derribar a un gigante, evidentemente con la ayuda de Dios. El David de Bernini precisaría menos ayuda y el de Miguel Ángel es, en sí mismo, un gigante capaz de cualquier cosa. Me quedo con los primeros aunque los segundos sean incomparables muestras del talento de dos superdotados.

En la imagen: DAVID VENCEDOR DE GOLIAT (hacia 1600. Óleo sobre lienzo). CARAVAGGIO (Milán 1571 – Porto Ercole 1610)

Un comentario en “JOYAS DEL PRADO 3”

  1. Al menos en España, a día de hoy, podemos disfrutar de cuatro obras expuestas al público de este enfant terrible de la pintura italiana.
    Esta pintura es por tanto una de las obras que hacen de nuestra pinacoteca, un museo universal, y a escasos metros de este David, en el museo Thyssen-Bornemisza alberga la Santa Catalina de Alejandría que junto la Salomé del palacio real conforman en Madrid un triángulo excepcional para dejarse llevar por la fuerza pictórica de Michel Angelo Merissi y la cuarta pared en la catedral de Toledo con el San Juan.
    Y podrían ser más las obras en España de este milanés universal, si los funcionarios españoles responsables del desaguisado, nunca hubiesen permitido que el espléndido martirio de San Andrés saliera de España procedente de un convento vallisoletano, cuando ya todo el mundo sabía que era un Caravaggio, claro en Cleveland encantados de que via Londres les llegase una joya del arte, a mi parecer la mejor del artista de las habidas en España.
    Y aún así hoy debemos felicitarnos todavía porque la última de sus obras aparecida, Coronación de Espinas ( inicialmente asignada a Ribera) hoy está bajo control y si finalmente no hay ningún movimiento telúrico no debería salir de España cueste lo que cueste e ir al prado para hacerle compañía al valeroso y tenso David.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies de terceros para optimizar tu navegación, adaptarse a tus preferencias y realizar labores analíticas. Al continuar navegando aceptas nuestra Política de cookies. ACEPTAR
Aviso de cookies