Peret y su familia
Para los que estamos un pelín al margen de las grandes productoras de series norteamericanas, FILMIN es un verdadero lujo. Ayer pude ver PERET. Yo soy la rumba, un documental de Paloma Zapata. En Filmin también se puede disfrutar de Cuchibiri, cuchibiri, documental de Carles Prats.
Recuerdo que, en una mítica grabación de Manuel Torre (el cantaor más genial de los que se conservan registros) se oye, mejor diría se le escucha decir “¡Viva Cataluña!” Y es que son muchos años de relación entre Cataluña y los gitanos.
Y es que, también, en Cataluña se hablan tres lenguas: catalán, castellano y caló. A mucha honra.
Pedro Pubill Calaf, Peret, es uno de esos talentos que, tras mucho esfuerzo, triunfó en la España franquista. Hijo de un vendedor ambulante, apodado Medioamigo, reconoció que no estaba dotado para ese arte y se dedicó a la música, a la rumba, a la rumba catalana que paseó por medio mundo. Los “intelectuales” del momento, que no se enteraban de nada, se confundieron con Peret y sus dos gloriosos palmeros, y los consideraron un producto de régimen. Nada más lejos de la realidad.
En el documental de Paloma Zapata, la familia recuerda la trayectoria del artista y todos, todos sus familiares hablan en catalán aunque la rumba, lógicamente, va en caló o en español, para entendernos.
Esta convivencia, de la que Joan Manuel Serrat siempre tomó buena nota, es un ejemplo para los políticos catalanes y españoles. Quizá el mejor relator que puedan encontrar hable caló.