AMOS OZ

Quiero inaugurar esta Avenida de la Libertad recordando a un gran escritor que nos dejó a finales de 2018: Amos Oz. Y quiero rendirle homenaje no tanto por su literatura como por su ejemplo intelectual y personal.

Dentro del delirante plan de lecturas que practico, manejo, ahora mismo, tres textos de Oz: Una historia de amor y oscuridad, Contra el fanatismo y Los judíos y las palabras (este último en colaboración con su hija Fania). Hablando desde la servidumbre de quien depende de los traductores, debo decir que estoy fascinado por el primero de los libros, conmovido por el segundo y muy agradecido por el tercero. Cualquier otro texto será digno de atenta lectura.

Aquí y ahora recomiendo encarecidamente el segundo título: CONTRA EL FANATISMO, así, como declaración, aunque no tuviera después interesantes reflexiones. Amos Oz fue un ser humano cabal y honesto, un humanista que nunca renegó de su condición pero que nunca dejó de buscar el entendimiento con sus semejantes, palestinos, árabes en general, que son también cabales y honestos.

Sería fácil la coexistencia de dos estados en ese mítico territorio si no existieran fanáticos infiltrados hasta la médula en las instituciones de Israel y sus amigos, de Palestina y sus amigos. Y, sin embargo, los acontecimientos de todos estos años nos vienen avisando de que “eso” más bien parece una utopía que una realidad humanamente alcanzable.

Amos Oz ha fallecido, como muchos otros, mientras el conflicto sigue anclado, arruinando vidas y esperanzas. Confiemos, al menos, en que su ejemplo contribuya a traer tiempos mejores.

Durango, 18 de enero de 2019

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